Habían transcurrido cinco meses desde el inicio de una de las empresas bélicas mas grandes de la historia contemporánea, 1914 estaba por terminar entre el intercambio de balas de alemanes y aliados, la noche del 24 de diciembre en Ypres, Bélgica, una luz de de humanidad se encendió desde la trinchera teutona, en la que sería una de las fechas que mas se recordarán por sobre el odio, hambruna y sufrimiento que la Primera Guerra Mundial dejó en el continente europeo.
Era Noche Buena y desde la trinchera alemana se colocaron árboles encendidos con bengalas, para conmemorar la llegada de la Navidad, los aliados integrados por franceses y belgas bajaron las armas y acordaron un cese al fuego con el enemigo, un hecho que se le conoce como Tregua Navidad de la Primera Guerra Mundial.
Entre villancicos y obsequios, ambos bandos recibieron el 25 de diciembre que será recordado por la célebre cascarita de futbol que dio lugar en pleno ambiental armado, luego de que cada bando enterrará a sus muertos y conmemorara su accionar en el campo de batalla, la pelota rodó.
Dicen que el futbol une personas, y también detiene guerras, la tarde del 25 de diciembre de 1914, aliados y alemanes continuaron la batalla sobre el césped, demostrando que las diferencias se pueden solucionar con el deporte, y aunque deba existir un equipo perdedor, siempre ganará amigos y buenas historias entorno a la pelota.
Los generales y conquistadores levantan monumentos para demostrar su grandeza y poderío, el futbol conmemora momentos históricos de muestras de humanidad y unión, aquel partido en el que se cuenta que los alemanes ganaron 3-2, quedó inmortalizado en el Estadio Britannia del Stoke City (imagen principal de la nota), con una escultura en la que se muestra a un soldado alemán estrechando la mano de uno francés y otro británico y entre ellos solo un balón de futbol.
En 2014 la UEFA homenajeó los 100 años del partido entre los titanes del mundo de 1914, Michel Platini descubrió la escultura de un balón entre las localidades de Ypres y Comines-Warneton, donde se llevó a cabo el mítico partido de futbol de la Primera Guerra Mundial.