Ahora son los de Raúl Chabrand quienes han protagonizado el nuevo episodio que, recurrentemente, atormenta a los combinados aztecas: llegar a la cima y quedarse a nada de tocar la gloria.
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La final del Tournoi Maurice Revello estaba para convertirse en la segunda en historia de México como participante, por autoría de una Sub23 prometedora y bien colocada en la sala principal vs Panamá, luego de vencer a Francia.
De las 27 ocasiones en que ha participado el Tricolor, se pronosticaba que la edición 2023 ameritaría el rompimiento a la sequía, revivir aquel primer oro en 2012 con Luis Fernando Tena y dar un respiro frente a la crisis en la FMF.
Pese a que la resolución final 4-1 reflejó el eterno ciclo que como mexicanos ubicamos y hasta hemos normalizado, hay más de una diferencia entre este Tri Sub23 y la Mayor de Diego Cocca.
Aun así, ¿por qué ellos pueden más que la emblemática Selección Mexicana?
Todo parte de los procesos, la preparación y ganas iniciales que han demostrado tener los jugadores aztecas, a inicios de su trayectoria y cuando recién se adentran en torneos como Maurice Revello: camadas como la campeona en 2012 o las finalistas en 2018/2019, actualmente forman parte de la Selección Mexicana Mayor, aquella que atraviesa una de sus peores rachas.
Lo que figuras como Héctor Herrera, Sebastián Córdova, Roberto Alvarado o Antonio Briseño lograron como parte de subdivisiones, no pudo prosperar y destacar también en la Mayor.
¿La causa?
- Altos mandos y manejo preferencial para jugadores que son impuestos al DT
- Conformismo en los mexicanos que se acostumbran a un sobre salario
- Frenos impuestos por una FMF con intereses específicos
- Preferencia en los directivos por triunfar en lo comercial, a lo deportivo
- Nulo seguimiento en los juveniles que muestran superioridad frente al resto de jugadores
*Esta columna NO refleja el carácter del medio, es opinión de nuestra colaboradora.