Los proyectos deportivos dejaron de existir hace rato en Cruz Azul, está claro el festejado título de Liga MX conquistado por Juan Reynoso fue fortuito, pues cuando la nueva directiva encabezada por Víctor Velázquez tomó el poder del equipo, la plantilla estaba prácticamente armada, con la base que dejó Ricardo Peláez y que apuntaló con algunos elementos Jaime Ordiales, pero fue algo que lograron con Juan Reynoso como entrenador, alguien en quien pocos confiaron porque preferían opciones más consolidadas de entrenadores.
Precisamente ese el tema en esta ocasión, la búsqueda de entrenadores que en la Noria todavía no saben hacer, van tres veces que se necesita cambiar de timonel en la Máquina, y todas tienen como tendencia la incertidumbre, poca seriedad y principalmente, exceso de influencias.
Primera vez: El precio del novato por parte de Cruz Azul
Cuando Robert Dante Siboldi abandonó la institución al sentirse incómodo por el video de Víctor Velázquez en que tacha de timorato su planteamiento, la directiva buscó a un nuevo entrenador para el Guardianes 2021, torneo en que se logró el campeonato, pero con un Juan Reynoso que llegó con un contrato de seis meses, es decir, no había un proyecto de por medio, solo lo llevaron "de mientras", por no ser tan caro como las opciones de jerarquía en el mercado, sin pensar que haría historia.
Los resultados dejaron de sustentar al peruano, la gente de pantalón largo ya no lo quería al frente y con una evidente enemistad con Jaime Ordiales, quien recién había sustituido a Álvaro Dávila en el cargo, estaba claro que lo mejor era terminar la relación laboral, aunque Cruz Azul dio cátedra de cómo no tratar a una leyenda, tal como ya lo hemos platicado anteriormente.
Segunda vez: Un error que dolió en la historia
Sin Reynoso, la Máquina trató de dar vuelta de página rápidamente. Velázquez se dejó seducir por la idea de Diego Aguirre, a quien Ordiales llevaba años tratando de traer al balompié mexicano, aunque por lo menos ahora acepta que fue un error hacerlo. Sin embargo, por más que el estratega uruguayo es señalado como el culpable de la máxima goleada, la realidad es que se trata de una responsabilidad compartida.
Por una parte, Aguirre no generó confianza en el grupo y sus ideas eran un tanto atrasadas, mientras que Ordiales no concretaba contrataciones solicitadas por el propio Diego, solo llegó Rodolfo Rotondi y hasta mediados de torneo se pudo adaptar ligeramente a la altura. Pero todo lo anterior se dio por las nuevas políticas que Velázquez, con base en sus buenas intenciones e inexperiencia, instauró en el equipo, aquellas que atrasaron las operaciones y arruinaron fichajes por no querer invertir demasiado dinero y tratar de negociar directamente con el jugador.
Nuevamente el fallo fue el mismo, el proyecto. Parecía que en esta ocasión sí había un plan, pero paradójicamente fue cuando peores resultados deportivos se obtuvieron, contrario a cuando improvisaron y se sacó el título.
Tercera vez: ¿La vencida?
Con el cese del Potro Gutiérrez, la directiva Cementera tiene una nueva oportunidad, contratar un director técnico a quien le den un contrato de cuatro o cinco años para un proyecto mediano donde los resultados no sean casualidad y se le escuche a quienes saben de futbol para decidir el futuro del club a nivel deportivo.
Esta era la esperanza a la que se aferraban algunos aficionados, pero hoy nos topamos con que Víctor Velázquez negocia con estrellas como Luis Suárez bajo el trato de fan y no de presidente de la institución, así que no hay muchos argumentos para creer que esta curva de aprendizaje terminara pronto.
Hugo Sánchez, Ricardo Ferretti o Antonio Mohamed, cualquiera sería una autoridad en el vestuario Celeste, pero los días pasan, nadie se confirma y esto solo provoca más cuestionamientos contra el equipo.
¿Para qué está Óscar Pérez? ni siquiera le han dado el nombramiento oficial a su nuevo cargo. ¿López de Silanes sigue buscando tutoría de Ordiales para hacer su trabajo? Nadie se atreve a asegurarlo por falta de pruebas, pero si el día de mañana se confirma, nadie estará sorprendido. La palabra clave es delegar, Velázquez se encarga de algo más importante que el club de futbol, que es la Cementera, misma que tiene problemas de mayor índole y que se deben solucionar pronto, por ello es imperativo que el proyecto quede a cargo de gente que sabe del futbol, no como deporte, sino como industria.
Esta es una opinión del redactor y no refleja la postura de el10.com