La llegada de Diego Cocca a la dirección técnica de la Selección Mexicana tras la salida de Gerardo Martino pone en evidencia el grupo de propietarios que comanda la Federación Mexicana de Futbol (FMF).
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Más allá de una "restructuración" que prometieron realizar los altos mandos de la FMF luego del monumental fracaso en el Mundial de Qatar 2022, es más de lo mismo, pues el plan no es con el deseo de mejorar el balompié azteca, sino de reatificar quién lleva la voz de mando.
El plan 'A' para el banquillo del TRI era Guillermo Almada, pero depender de la voluntad de Grupo Pachuca no gustó para nada a algunos dueños. Y es que al no ver una buena relación entre Jesús Martínez y Emilio Azcárraga, la opción principal se esfumó.
En ese momento entró en acción Diego Cocca, impulsado principalmente por Alejandro Irarragorri, después por Jorge Alberto Hank, apoyados claramente por el mandamás del Club América, que en esta ocasión pasó a ser un espectador más con tal de no ver a los Martínez en el poder, que dentro de sus opciones también estaba Marcelo Bielsa para tomar las riendas.
Con la llegada del estratega argentino a la dirección técnica de la Selección Mexicana se confirmó quién es ahora el nuevo líder del futbol mexicano. Alejandro Irarragorri, propietario de Santos Laguna y Atlas, que poco a poco se fue metiendo a las entrañas de la FMF.
Por el bien de nuestro futbol mexicano ojalá que este proceso sea exitoso, aunque para ser sincero, sería ingenuo creer que así será, porque no solo basta con traer al timonel de moda, sino de crear un proyecto en el cual también se tomen en cuenta apartar los egos, porque una vez más se comprueba que nuestro balompié está dividido en dos sectores, los que están con los Martínez y los que están con Irarragorri y compañía.